martes, 5 de julio de 2011

NUESTRAS LUCES

En un encuentro ocasional, vi tus ojos,
luego apareció tu rostro, inmaculado,
Se me hizo presente de inmediato, tu aura
aura de luz inmensa, pura y blanca,
Como una atracción divina, mis energías
comenzaron a fluir, mi aura y la tuya
comenzaron a fundirse, en un desenfreno
de fuerzas y energías, plagados de vientos blancos,
de remolinos de luz, que nos envolvían.
Entre todo esto hablábamos, pero quienes
se comunicaron mejor, nuestras almas,
nuestros seres divinos, que en conjunción
hicieron lo inimaginable, la magia de Dios,
la magia de comenzar a Amar.

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