En la luz del día, el sol está en ti,
en la oscuridad de la noche,
la luna y aun las estrellas,
acarician con suavidad tu rostro.
Quien pudiera tener esa gracia,
para acariciarte, con esa fuerza infinita,
lo intento, me esfuerzo, lo quiero,
pero mi fuerza no es la infinita,
la del sol, de las estrellas y la luna.
Solo puedo ver en ti, el universo
que te acerca y te irradia,
que llena tu ser, de luz celestial,
que te hace comprender el amor,
que te atrapa y te tiene,
en tanto desenfreno celestial,
solo por un instante
quisiera ser ese Universo
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